La sentencia de cadena perpetua en contra del migrante venezolano, José Ibarra por asesinar a la estudiante de enfermería Laken Riley volvió a despertar la indignación de la opinión pública.
El fallo condenatorio en contra del inmigrante se dio a conocer este miércoles, después de nueve meses de lucha judicial en uno de los casos más impactantes de violencia hacia las mujeres.
"Un juez ha condenado al hombre que asesinó a Laken Riley", fueron algunas de las descripciones en las redes sociales al conocer el dictamen en contra del José Ibarra, considerado responsable del crimen de la estudiante de enfermería registrado en febrero del 2023.
José Ibarra, de 26 años de edad, originario de Venezuela, ingresó ilegalmente a Estados Unidos en febrero del 2022, fecha desde la cual comenzó sus trámites migratorios que le permitían vivir en la nación norteamericana.
La culpabilidad de Ibarra fue un tema recurrente en su defensa, a pesar de que la Fiscalía contaba con registros de videos de las cámaras de seguridad, pruebas de ADN y su localización el día del asesinato.
Las pruebas en contra de Ibarra no fueron suficientes para que aceptara el crimen, lo que obligó a las autoridades a someterlo a un juicio luego de que se declarara inocente de los cargos, y su defensa intentara responsabilizar a su hermano.
ANTECEDENTES
El indignante caso de la estudiante de enfermería Lake Riley se reportó el 22 de febrero, cuando amigos y familiares reportaron su desaparición luego que salió a correr como lo hacía rutinariamente.
Las grabaciones registran a la joven corriendo y luego desaparecer en medio de campus de la Universidad de Georgia en Athens, donde su cuerpo fue encontrada horas después.
Las investigaciones revelaron que el responsable de la muerte era el migrante venezolano, quien fue arrestado al día siguiente del asesinato, que conmocionó a la opinión pública por tratarse de una joven con cientos de sueños por cumplir.
Entre las pruebas que presentó la Fiscalía para lograr la condena están las imágenes de vigilancia, los rastros del ADN de Ibarra debajo de las uñas de Riley y la huella dactilar dejada en la pantalla del teléfono de la víctima.
La estudiante de enfermería vivió sus últimos momentos con un inmenso terror por la brutalidad con la que fue atacada. El migrante venezolano la asfixió, la golpeó en la cabeza con una piedra hasta desfigurarle el rostro.