Un estudio reciente publicado en la renombrada revista médica The Lancet ha revelado cifras alarmantes sobre la obesidad a nivel global. Desde 1990, la tasa de obesidad se ha cuadruplicado en niños y se ha duplicado en adultos.
Este crecimiento exponencial es motivo de preocupación, ya que la obesidad es un factor de riesgo importante para el desarrollo de enfermedades graves como enfermedades cardíacas, diabetes tipo 2 y ciertos tipos de cáncer.
Lo más inquietante es que, aunque las tasas de obesidad parecen estar estabilizándose en muchos países ricos, están aumentando rápidamente en naciones de ingresos bajos y medios.
Países como Egipto, Irak, Libia, Sudáfrica y Chile están experimentando un incremento significativo en los casos de obesidad, y países como Siria, Turquía y México están siguiendo de cerca.
El Dr. Tedros Adhanom Ghebreyesus, Director General de la Organización Mundial de la Salud, ha destacado la importancia crucial de prevenir y manejar la obesidad desde la infancia hasta la edad adulta. Recomienda adoptar una dieta equilibrada, practicar actividad física regularmente y recibir atención médica adecuada según sea necesario.
Determinar si uno sufre de obesidad es sencillo. Si tu índice de masa corporal (IMC) es superior a 30, te encuentras en la categoría de obeso. El IMC es una herramienta simple que utiliza tu peso y estatura para evaluar si tienes sobrepeso u obesidad.
Pero no todo son malas noticias. También se ha registrado progreso en la lucha contra la desnutrición. En los últimos 30 años, la proporción global de adultos con bajo peso se ha reducido a la mitad. Sin embargo, en países como Etiopía y Uganda, la situación apenas ha mejorado.
Es momento de tomar acción. Cuidar la salud desde hoy mismo. Adoptar hábitos de vida saludables, incluyendo una alimentación equilibrada, ejercicio regular y atención médica adecuada.