Los antiguos habitantes de lo que hoy es Turquía ya practicaban el arte del piercing facial hace unos 11.000 años, revelan recientes hallazgos arqueológicos.
En el yacimiento de Boncuklu Tarla, en el sureste de Turquía, arqueólogos descubrieron adornos para piercings colocados cerca de las orejas y la boca de los ocupantes de las tumbas, según informa la revista Antiquity.
Estos adornos, similares a pendientes y conocidos como "labrets", se encontraron junto a restos humanos que presentaban desgaste dental característico, similar a los patrones de desgaste causados por el uso de estos adornos debajo del labio inferior. Esta es la primera vez que se asocian directamente los piercings faciales de la era neolítica en el suroeste de Asia con las partes del cuerpo que perforaban.
El descubrimiento sugiere que esta práctica de modificación corporal ya era común en el Neolítico temprano. Además, los adornos se encontraron solo cerca de los restos de adultos, lo que sugiere que los niños no participaban en esta práctica.
Según los investigadores, esto podría indicar que la adquisición de estos piercings marcaba rituales de mayoría de edad dentro de los grupos sociales de la época.
El arqueólogo antropólogo Dusan Boric, profesor asociado de la Sapienza Università di Roma (Italia), destaca que estos hallazgos se suman a otros indicios de rituales de mayoría de edad en el Neolítico, como la colocación de determinados objetos junto a los difuntos o la ubicación específica de los enterramientos según la edad del fallecido.