El calentamiento de la superficie de los océanos está provocando que los huracanes sean cada vez más peligrosos por sus potentes y devastadores vientos.
La muestra de los efectos del calentamiento global es el huracán Beryl, que en solo cuatro días se convirtió en un potente fenómeno de categoría 5.
Es la primera vez que un huracán toma tanta fuerza en tan poco tiempo, superando por creces al huracán Emily que tardó 15 días en tomar esa misma potencia.
Los científicos han alertado que no será el primer huracán que el calentamiento de la superficie de los océanos provoque que en pocos días alcance vientos devastadores.
El estudio ha generado alerta, especialmente por el comienzo de la temporada de huracanes que arrancó el 1 de julio en el Atlántico.
"Se han vuelto cada vez más fuertes y peligrosos debido a varias condiciones climatológicas que facilitan su formación", indicaron expertos sobre la posibilidad de más huracanes como Berly por el calentamiento de la superficie de los océanos.
Al respecto, indicaron que la temporada ciclónica de 2024 será "superactiva" con la formación de 17 a 25 tormentas que muchas de ellas podrían convertirse en huracanes.
Los científicos han señalado que la devastación sería mortal para algunas islas que ya han quedado destruidas en casi el 90% de su territorio.
Edificios, casas y otras infraestructuras fueron arrasadas por el huracán Beryl, generando enormes daños económicos a la isla.