Los hermanos Menéndez obtienen libertad condicional tras 30 años de prisión por el conocido caso de parricidio ocurrido en Estados Unidos a finales de los años 80. La decisión, que ha generado reacciones encontradas, marca un punto de inflexión en una de las historias criminales de mayor resonancia mediática, renovando el debate sobre la justicia y la rehabilitación en el sistema penitenciario estadounidense.
En agosto de 1989, Lyle y Erik Menéndez fueron señalados como responsables de la muerte de sus padres, un evento que capturó la atención internacional y se convirtió en símbolo de los procesos judiciales televisados en EEUU Producto de largas audiencias y apelaciones, ambos fueron condenados a cadena perpetua sin derecho a libertad condicional, hasta que este mes un tribunal les otorgó una oportunidad bajo ciertas condiciones.
El fallo se sostiene en el cumplimiento de más de tres décadas en prisión y evidencia de cambios en la conducta de los hermanos Menéndez. Organizaciones que velan por los derechos de prisioneros aseguran que cumplieron con los requisitos para acceder a la revisión de su condena.
Sin embargo, familiares de las víctimas y parte de la opinión pública ponen en duda esta decisión, exigiendo más transparencia y vigilancia sobre su reinserción.El caso Menéndez fue referencia de debates sociales sobre el entorno familiar y la severidad en el castigo. Su desenlace actual recuerda otros procesos de alto impacto.
Lyle y Erik Menéndez podrían ser liberados antes de Navidad

Foto: Shutterstock