La incursión militar de Israel en el hospital de Al Shifa, en Gaza, es considerada "totalmente inaceptable" por la Organización Mundial de la Salud. El director general, el doctor Tedros Adhanom Ghebreyesus, expresó su preocupación por la seguridad de los trabajadores y pacientes, enfatizando que los hospitales no deben ser objetivos en conflictos armados.
Bajo el derecho internacional humanitario, las instalaciones médicas y el personal sanitario deben ser protegidos durante los conflictos. A pesar de cualquier uso militar de estas instalaciones, se subraya la importancia de respetar los principios de distinción, precaución y proporcionalidad.
Se ha informado que muchos bebés prematuros del hospital Al Shifa siguen con vida, aunque se han enterrado múltiples cuerpos en una fosa común y queda pendiente el entierro de otros. La situación se complica debido a la necesidad de evacuar a los pacientes, para lo cual se requiere un pasaje seguro y combustible para las ambulancias.
Sin embargo, a pesar de la entrada de un camión con una gran cantidad de combustible en la Franja, su uso ha sido restringido por Israel para transportar ayuda desde Ráfah. Las agencias de salud y refugiados palestinos han destacado la necesidad urgente de un suministro significativo de combustible para garantizar el funcionamiento de instalaciones médicas, ambulancias, plantas desalinizadoras y comunicaciones.
Philippe Lazzarini, representante de UNRWA, condenó el uso del combustible como arma de guerra, destacando que esta situación está llevando al límite las operaciones humanitarias en la región y privando al 70% de la población de Gaza de acceso al agua potable.