El australiano Julian Assange libra este martes su batalla más importante en busca de frenar la extradición, la cual es considerada como una sentencia de muerte.
La defensa de Assange buscará que los tribunales británicos no cedan a Estados Unidos (EEUU) su extradición, como ya lo habían ordenado en el 2022. Fallo que lo obligaría a regresar a la nación para enfrentar un juicio por filtrar documentos secretos.
El tribunal de Reino Unido emitió en junio del 2022 un fallo a favor de EEUU, perdiendo su batalla más importante y la que ha logrado detener por menos de un año.
La defensa del australiano ha recalcado que la motivación para extraditarlo es política, dejando a un lado el aspecto humano.
El fundador de WikiLeaks enfrentaría una flagrante negación de la justicia si es extraditado a Estados Unidos, y perdería su batalla más importante. "En realidad, mi cliente está siendo procesado por una habitual práctica periodística: la publicación de información clasificada, veraz y de interés público".
Esta mañana, antes de que iniciara el proceso, la esposa de Assange llegó a los tribunales acompañada por el actual director de WikiLeaks, Kristinn Hrafnsson.
Además, en las afueras de la Corte se encontraban seguidores del australiano gritando en apoyo al hombre que descubrió varios actos de corrupción. "Por favor, seguid mostrando vuestro apoyo a Julian hasta que logremos su libertad", dijo Hrafnsson.
La familia y la defensa de Assange han asegurado que de ser extraditado enfrentaría en EEUU la muerte por dejar al descubierto los actos ilícitos de la clase política. "Solo hay una decisión: no a la extradición".
El comunicador fue detenido en la embajada ecuatoriana en Londres en abril del 2019, tras siete años de encierro para evitar la extradición.
Uno de los últimos recursos que le queda a la defensa del fundador de WikiLeaks es interpelación ante el Tribunal Europeo de Derechos Humanos.