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Sean Diddy Combs, de 54 años, enfrenta graves acusaciones que lo señalan como el líder de una red criminal dedicada a la explotación sexual y a actividades ilícitas relacionadas con la prostitución y el narcotráfico.
El magnate de la música se declaró no culpable de las acusaciones que lo implican en la organización de eventos sexuales denominados "Freak Offs", donde se alega que mujeres y trabajadores sexuales masculinos participaron bajo coacción y a menudo bajo la influencia de drogas. Según la acusación, Combs abusó de mujeres durante años, empleando la violencia y el chantaje para mantenerlas bajo su control, mencionándose incluso un ataque documentado en video contra su exnovia, la cantante Cassie.
Los abogados de Combs ofrecieron una fianza de 50 millones de dólares y arresto domiciliario con monitoreo electrónico, pero la jueza federal Robyn Tarnofsky denegó la solicitud, alineándose con los fiscales que consideran a Combs un peligro para la sociedad. Tras el fallo, Combs fue escoltado fuera de la sala sin esposas.
Su abogado, Marc Agnifilo, aseguró que Combs "luchará hasta el final" y afirmó que apelarán la decisión sobre la fianza. La acusación presenta a Combs como el cabecilla de una empresa criminal que, además de tráfico sexual, supuestamente estaba involucrada en secuestros, sobornos, narcotráfico y obstrucción de la justicia. Los fiscales sostienen que más de 50 testimonios, junto con pruebas electrónicas, registros financieros y videos, respaldan el caso contra el productor.
Enfrentando una posible condena mínima de 15 años de prisión, Diddy podría pasar el resto de su vida tras las rejas si es declarado culpable. La negativa a concederle libertad bajo fianza significa que permanecerá en custodia hasta el inicio de su juicio.
