Israel llevó a cabo un sofisticado ataque contra Hezbollah mediante explosivos ocultos en las baterías de buscapersonas, según confirmaron dos altos funcionarios de seguridad libaneses. Los dispositivos, que habían sido introducidos en el Líbano, resultaban prácticamente indetectables debido al avanzado nivel de la tecnología empleada en su diseño.
Durante la investigación en curso, las autoridades libanesas realizaron una serie de explosiones controladas con algunos de los buscapersonas comprometidos, con el fin de analizar su estructura y determinar el origen de los dispositivos. Los buscapersonas, utilizados como parte de un atentado el pasado 17 de septiembre, estaban apagados en el momento de la detonación, lo que impidió que recibieran el mensaje que habría activado los explosivos. Sin embargo, los funcionarios libaneses pudieron observar de cerca el potencial devastador de las explosiones, que habrían causado grandes daños tanto a los portadores de los dispositivos como a quienes se encontraban cerca.
El ataque dejó un saldo de al menos 37 muertos, incluidos niños, y casi 3.000 heridos, la mayoría de ellos transeúntes civiles, según informaron las autoridades sanitarias libanesas. Las explosiones se produjeron en dos fases: la primera cuando los buscapersonas detonaron, seguida al día siguiente por la explosión de walkie-talkies también comprometidos.
Israel no ha emitido comentarios oficiales sobre los ataques, pero fuentes cercanas a la operación señalaron que las explosiones fueron el resultado de una acción conjunta entre el Mossad y el Ejército israelí. El ministro de Defensa israelí, Yoav Gallant, insinuó el involucramiento del país al elogiar los “excelentes logros” de las agencias de seguridad, incluidas el Shin Bet y el Mossad, tras los atentados. Tanto el gobierno libanés como Hezbollah señalaron a Israel como responsable de los ataques.
Uno de los funcionarios de seguridad libaneses afirmó que los explosivos se habían incrustado en las baterías de litio de los buscapersonas, de una manera tan sofisticada que era imposible detectarlos. Por su parte, otro funcionario que participó en la investigación presenció la explosión controlada de uno de los dispositivos y comentó que el material explosivo estaba "escondido" dentro de la batería, lo que lo hacía indetectable con los métodos habituales.
Según expertos en explosivos, convertir buscapersonas en armas de este tipo solo requeriría un detonador y una pequeña carga explosiva, ya que los otros componentes necesarios, como la fuente de energía, ya están presentes en los dispositivos. Sean Moorhouse, un especialista en desactivación de explosivos, comentó que los explosivos pudieron haber sido insertados dentro de la batería del buscapersonas, lo que habría hecho difícil detectarlos mediante rayos X o sistemas de control estándar.
La misión de Líbano ante las Naciones Unidas presentó una carta al Consejo de Seguridad el pasado viernes, en la que se informaba que una investigación preliminar descubrió que los explosivos habían sido implantados en los dispositivos de comunicación antes de su ingreso al país, presuntamente por entidades extranjeras. Las autoridades libanesas concluyeron que los artefactos fueron activados a través de mensajes electrónicos enviados simultáneamente a miles de dispositivos.