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Las Fuerzas de Defensa de Israel informaron este viernes la interceptación exitosa de un misil disparado desde Yemen, en un nuevo episodio que refleja el aumento de las tensiones en la región. El misil fue identificado luego de que sonaran las alarmas en varias regiones del país, lo que provocó una reacción inmediata por parte de los sistemas de defensa aérea de Israel.
El ataque fue atribuido a los rebeldes hutíes, grupo que controla gran parte del norte de Yemen y que ha incrementado sus ofensivas desde el inicio del conflicto entre Israel y Hamas en Gaza. Además de misiles y drones dirigidos a territorio israelí, los hutíes han atacado embarcaciones en el mar Rojo y el golfo de Adén, impactando importantes rutas marítimas internacionales.
Este lanzamiento ocurrió poco después de que Estados Unidos realizara una operación militar contra el puerto petrolero de Ras Isa, bajo control hutí. El Comando Central de EEUU explicó que el objetivo era cortar una fuente clave de financiamiento y combustible para las operaciones del grupo rebelde, al que vinculan con Irán. Según CENTCOM, los ingresos eran utilizados con fines militares, en lugar de beneficiar a la población civil de Yemen.
Las acciones estadounidenses forman parte de una campaña más amplia para debilitar las capacidades ofensivas y económicas de los hutíes. De acuerdo con el portavoz del grupo, Abdelmalek al Huti, Washington ha intensificado sus bombardeos, con más de 900 ataques recientes, 220 de ellos en la última semana.
Ante la creciente inestabilidad, Estados Unidos ha aumentado su presencia militar en la región con el envío del portaaviones USS Carl Vinson, que se suma al USS Harry S. Truman. La nueva flota incluye además varios buques con capacidad de misiles guiados, lo que evidencia un aumento en la presión militar sobre el grupo rebelde.
Pese a estos esfuerzos, los hutíes aseguran que sus operaciones continúan y que han alcanzado objetivos israelíes y estadounidenses, aunque no han presentado pruebas que respalden esas afirmaciones. La situación alimenta el temor de una escalada mayor en una región ya marcada por múltiples focos de conflicto.
