El gobierno de Irán prometió vengarse luego que el Ejército de Israel atacara el edificio donde funcionaba la embajada iraní en Siria y matara a tres de sus altos comandantes.
Hasta el momento, se han confirmado 13 personas muertas; entre ellas tres oficiales de la Guardia Revolucionaria de Irán.
Con el ataque, la escalada de tensión en la región se aumenta, y un alto al fuego en la Franja de Gaza sería imposible.
Ahora Siria e Irán se han involucrado en la guerra, y la muerte de los altos comandantes representa un golpe bajo para ambas naciones.
El bombardeo israelí destruyó el edificio donde funcionaba la embajada de Irán, matando a siete funcionarios, entre ellos Mohammed Reza Zahedi, alto mando de la Guardia Revolucionaria, y el alto comandante Mohammad Hadi Haji Rahimi.
Siria, por su parte, informó que seis de sus ciudadanos fueron víctimas del ataque del Ejército de Israel, que confirmó el ataque en contra de los jefes militares.
Al respecto, Israel aseguró que el edificio era utilizado para planear ataques en contra de la paz y seguridad del pueblo hebreo.
La muerte de los altos comandantes recuerda la operación de Estados Unidos, durante la administración de Donald Trump, que dejó la muerte del general Qassem Soleimani.
Han pasado cuatro años del atentado, y a pesar de los llamados de venganza, hasta el momento Irán no ha vengado a su jefe militar.
Estados Unidos comunicó a Irán que no estaba implicado ni tenía conocimiento previo del ataque. "Estados Unidos no ha participado en el ataque y no lo sabíamos de antemano". EE.UU. ha "comunicado esto directamente a Irán".