El fenómeno natural Iota se disipó en El Salvador tras varios días de intensas lluvias que dejaron a su paso por Centroamérica y el Caribe 38 muertos, zonas inundadas y destrucción.
La nación más golpeada por el ciclón es Nicaragua con 16 personas fallecidas y más de 160 mil evacuaciones de las zonas costeras, donde impactó el huracán que alcanzó categoría 5.
Honduras y El Salvador son las otras naciones que fueron embestidas por el ciclón que ingresó a sus territorios con menor fuerza con la que golpeó Nicaragua, pero a su paso dejó daños catastróficos.
Autoridades hondureña detallaban el pasado miércoles que las cifras de víctimas mortales llegaban a las 14, luego de registrarse derrumbes en el occidente.
Las imágenes de las inundaciones en el Valle de Sula, zona norte del país, eran una muestra de la cantidad de agua que dejó a su paso Iota con un estimado de 800 milímetros.
El Salvador reporta hasta la fecha un fallecido y varios daños a la infraestructura por las inundaciones que provocadas por la depresión tropical.
Pero no solo Centroamérica sufrió los efectos de Iota, dos personas murieron en las islas San Andrés y Providencia y aunque en Panamá el fenómeno llegó con menor fuerza se reporta una persona fallecida.
Según el medio internacional DW, a nivel de la región se contabilizan 38 víctimas mortales producto de Iota y sus efectos, los cuales se intensificaron luego que fenómeno llegara a pocos días que la región se había visto golpeada por el huracán Eta.
La temporada ciclónica en el Atlántico ha sido extremadamente activa, como lo advirtieron expertos meses antes de que iniciara oficialmente la época de huracanes.
El cambio climático ha provocado que los fenómenos se fortalezcan, afectando a las regiones más pobres de Centroamérica.