La dislexia, un trastorno de aprendizaje que afecta a entre el 5 y el 10 por ciento de la población mundial, puede manifestarse en dificultades para leer y escribir, así como en la capacidad para reproducir o describir textos. A pesar de que estos desafíos pueden persistir durante toda la vida y afectan a la persona en la escuela, el trabajo y la vida cotidiana, no están relacionados con el intelecto o el talento creativo, como lo demuestran figuras destacadas como Albert Einstein y Agatha Christie.
Recientemente, investigadores del Instituto Max Planck de Ciencias Cognitivas y Cerebrales Humanas en Leipzig, Alemania, han realizado un avance significativo en la comprensión de la dislexia. Utilizando un sistema avanzado de resonancia magnética, han identificado cambios en el tálamo visual, una región del cerebro crucial para procesar información visual. Este hallazgo, publicado en la revista *Brain*, sugiere que la dislexia está vinculada a alteraciones en la función y la estructura de la parte del tálamo visual que se encarga de reconocer movimientos e imágenes en cambio rápido.
El estudio, que incluyó a 25 personas con dislexia y 24 controles, ha revelado que los cambios son especialmente notables en los disléxicos masculinos. Este avance abre la puerta a futuras investigaciones que podrían conducir al desarrollo de nuevos tratamientos y terapias para la dislexia. Katharina von Kriegstein, presidenta de Neurociencia Cognitiva y Clínica en la Universidad Politécnica de Dresde, y Christa Müller-Axt, investigadora asociada, destacan que los descubrimientos podrían permitir el uso de técnicas de neuroestimulación no invasivas para modular la actividad cerebral y aliviar algunos síntomas del trastorno.
Aunque se prevé que el desarrollo de nuevas terapias efectivas llevará tiempo, los investigadores están esperanzados en que estos avances proporcionen nuevas vías para apoyar a las personas con dislexia en el futuro.