Indentifican cristales de cuarzo con forma de "copos de nieve" en las nubes de un exoplaneta

Indentifican cristales de cuarzo con forma de "copos de nieve" en las nubes de un exoplaneta

Observaciones realizadas con el telescopio James Webb indican la existencia de partículas de cuarzo en la atmósfera del exoplaneta WASP-17 b.

WASP-17 b James Webb Foto: Shutterstock
  • Karla Alvarez | 17-10-2023.6:58 pm.

Un grupo de astrónomos internacionales ha anunciado el hallazgo de nanocristales de cuarzo en las nubes de gran altitud de WASP-17 b, un exoplaneta situado en la constelación de Escorpio y ubicado a una distancia de 1.300 años luz de la Tierra. La Universidad de Cornell (EE.UU.) informó sobre este descubrimiento el lunes pasado. WASP-17 b, un planeta extrasolar descubierto en 2009, orbita alrededor de una supergigante amarilla llamada WASP-17 utilizando el método de tránsito. A pesar de ser siete veces más grande que Júpiter en términos de volumen, tiene menos de la mitad de la masa de este gigante gaseoso y es conocido por ser uno de los exoplanetas más grandes y expansivos registrados hasta la fecha.

Debido a su corto período orbital de aproximadamente 3,7 días alrededor de su estrella, WASP-17 b se ha convertido en un objetivo destacado para la espectroscopia de transmisión, una técnica que implica medir las longitudes de onda de la luz estelar bloqueada por ciertas moléculas atmosféricas. Un estudio reciente, publicado en The Astrophysical Journal Letters, ha confirmado la existencia de partículas de sílice cristalino (SiO2) en la atmósfera del planeta WASP-17 b. Esta detección se logró mediante el análisis de los espectros obtenidos con el Instrumento Infrarrojo Medio (MIRI), que está instalado en el telescopio espacial James Webb.

Según el investigador David Grant de la Universidad de Bristol (Reino Unido), aunque se sabía que la atmósfera de WASP-17 b contenía aerosoles, no se esperaba encontrar cristales de cuarzo. Inicialmente, el planeta se pensaba que estaba compuesto principalmente de hidrógeno y helio, con trazas de otros gases como vapor de agua y dióxido de carbono. Sin embargo, al restar el brillo de la luz estelar de los datos del MIRI, los científicos observaron un "bulto" de 8,6 micrones que indicaba la presencia de estos nanocristales de sílice, que tienen una estructura similar a los prismas hexagonales puntiagudos del cuarzo terrestre, pero son unas 10,000 veces más pequeños que el ancho de un cabello humano. Estos nanocristales se forman en la atmósfera de WASP-17 b, a diferencia de las partículas minerales en las nubes de la Tierra, que son transportadas desde la superficie terrestre.

La formación de estos cristales de cuarzo en la atmósfera de WASP-17 b se debe a las condiciones extremas de temperatura y a la baja presión .  En tales condiciones, los cristales sólidos pueden formarse directamente a partir del gas, sin pasar por una fase líquida.

Aunque determinar la cantidad exacta de cuarzo y la profundidad de las nubes es una tarea desafiante, la profesora Nikole Lewis mencionó que el equipo de científicos planea calcular la cantidad de estos nanocristales combinando observaciones de WASP-17 b con otros datos del sistema obtenidos con el telescopio espacial James Webb.

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