Hunter Biden, hijo del presidente Joe Biden, se declaró inocente de tres cargos por posesión ilegal de armas de fuego vinculados con la compra de armas que realizó en 2018, mientras se alega que consumía drogas ilícitas.
Los cargos específicos incluyen la posesión de un arma de fuego por parte de una persona que usa ilegalmente o es adicta a sustancias controladas, así como hacer declaraciones falsas tanto en la compra del arma como en la información proporcionada a la armería.
En este sentido, los fiscales alegan que Hunter Biden mintió en un formulario federal al adquirir una pistola, omitiendo su historial de consumo de drogas.
Este nuevo desarrollo se suma a un acuerdo de culpabilidad previo que Hunter Biden estaba a punto de firmar por otros cargos relacionados con presuntos impagos de impuestos. Sin embargo, ese acuerdo, que incluía un arreglo para evitar ser procesado por posesión de armas, no se concretó.
Tras comparecer en la corte, Hunter Biden fue liberado bajo varias condiciones, incluyendo la prohibición de consumir alcohol o sustancias controladas y de poseer armas de fuego.
De esta manera, al no concretarse el acuerdo de culpabilidad anterior, podría llevarse a cabo un juicio en medio de la campaña de reelección de su padre para el 2024.
La Casa Blanca había anticipado que el drama legal de Hunter Biden concluiría durante el verano boreal, pero la falta de aprobación del acuerdo de culpabilidad y el inicio de una investigación de juicio político por parte de republicanos de la Cámara de Representantes relacionada con los negocios de Hunter han añadido complejidad a la situación.