El huracán Helene ha dejado a su paso daños extensos e inundaciones severas que han provocado la caída de línes de energía, afectando a más de tres millones de personas.
A su paso por Estados Unidos, el fenómeno natural se fue debilitando dejando a su paso destrucción y severos daños por las presipitaciones y los vientos destructivos.
"Tememos lo peor cuando salga el sol”, dijo la noche del jueves la oficina del sheriff en el condado de Suwannee, Florida.
Las autoridades han pedido las oraciones del mundo ante la posibilidad de que los daños sean cuantiosos.
Helene se intensificó este jueves, alcanzando la categoría 4 con vientos sostenidos de 155 kilómetros por hora (100 millas), y se espera que su potencia siga aumentando mientras se aproxima a la costa de Florida, según informó el Centro Nacional de Huracanes (NHC) de EEUU
Actualmente, el sistema se encuentra a 550 kilómetros al sur de Tampa y a 585 kilómetros de Apalachicola, ambos en la península de Florida. Helene amenaza con vientos devastadores, marejadas ciclónicas e inundaciones que afectarán una vasta región costera, donde se espera que impacte esta noche como un huracán mayor.
El NHC ha emitido una advertencia urgente para que las personas finalicen rápidamente sus preparativos y protejan sus vidas y propiedades. Se pronostica que Helene podría alcanzar la categoría 5 en la escala Saffir-Simpson, convirtiéndose en el octavo huracán de la temporada y el cuarto en tocar tierra en EEUU este año, después de Beryl, Debby y Francine.
De acuerdo con la Administración Nacional de Océanos y Atmósfera (NOAA), la temporada de huracanes en el Atlántico, que comenzó el 1 de junio, podría ser más activa de lo habitual, con hasta 13 huracanes, de los cuales entre 4 y 7 podrían alcanzar la categoría de huracanes mayores.