El Gobierno de España obligará a realizar un curso formativo previo para ser propietario de perros. Así se recoge en el anteproyecto de Ley de Protección y Derechos de los Animales, dado a conocer este miércoles por el Ministerio de Derechos Sociales y Agenda 2030.
En el texto se establece por vez primera un marco legal a nivel nacional con el objetivo de fomentar la protección animal y prevenir “el alto grado de abandono de animales” en España.
Así, se promueve una normativa con la que garantizar la “responsabilidad” que debe llevar la tenencia de animales. Con ello se “blinda”, a ojos de la ministra de Derechos Sociales, Ione Belarra, “la mejor característica humana”, que es “no ser indiferentes al dolor ajeno”.
Esta semana, el congreso aprobó también denegar la custodia compartida de los hijos al padre que maltrate la mascota como forma de coacción.
La ley establecerá diferentes tipos de sanciones. Por ejemplo: matar un animal en España de forma intencionada o causar secuelas permanentes y graves de forma intencionada será sancionado con una multa desde 100.000 hasta 600.000 euros.
Las claves de la futura ley de bienestar animal: cursos para los dueños de los perros y prohibida su venta en tiendas
El texto incluye 89 artículos y 17 disposiciones (entre adicionales, transitorias, derogatorias y finales), y entrará en vigor a los seis meses de su publicación en el Boletín Oficial del Estado (BOE). El deseo de la Dirección General de Derechos de los Animales es que eso ocurra el 1 de enero de 2023.
Por desgracia, esta norma excluirá a los animales empleados en espectáculos taurinos y también se excluirá a los usados en experimentación y otros fines científicos, incluida la docencia.
La finalidad de la ley es alcanzar el máximo nivel de protección de los animales, fundamentalmente de aquellos de compañía y de los que se encuentran bajo la responsabilidad de las personas. De esta manera, su intención es centrarse en los animales del entorno urbano.
La eutanasia de animales con medios inadecuados o por personal no cualificado, el adiestramiento y uso de animales para peleas y riñas con otros animales o personas, el uso de animales de compañía para consumo humano o de otros animales, la caza de gatos comunitarios y alimentar a los animales con vísceras, cadáveres y otros despojos procedentes de animales que no hayan superado los oportunos controles sanitarios.
Entre las infracciones graves están matar o provocar al animal secuelas permanentes graves de forma imprudente, no identificar al animal de compañía, el uso no autorizado de métodos agresivos o violentos en la educación del animal y la cría, el comercio y la venta de animales -salvo los peces- en tiendas o por criadores no autorizados, así como abandonar al animal, practicarle mutilaciones no autorizadas o utilizarlo como recompensa, premio, rifa o promoción.