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El funeral de la reina Isabel II ha generado un gran debate en el Reino Unido debido a su alto costo para las arcas públicas.
Según estadísticas reveladas por el propio Gobierno británico, el evento y todas las ceremonias relacionadas con el fallecimiento de la monarca ascendieron a la asombrosa cifra de 162 millones de libras esterlinas, equivalentes a aproximadamente 200 millones de euros.
De acuerdo con los datos, el ministerio de Interior fue el responsable de casi la mitad del gasto total, con un desembolso de 74 millones de libras. Por su parte, el departamento de Cultura, Medios y Deporte destinó 57 millones de libras a los diversos actos, siendo el funeral de Estado el evento central que tuvo lugar el 19 de septiembre.
El principal secretario del Tesoro, John Glen, ha defendido la prioridad del Gobierno de garantizar un ambiente "tranquilo" y "digno" durante estos acontecimientos, al mismo tiempo que se aseguraba la seguridad de la población.
Según informó BBC, más de 5.000 agentes de policía fueron desplegados en todo el país durante los diez días de luto nacional, muchos de ellos en Londres y Escocia, donde la reina falleció tras un año de deterioro en su salud.
El cuerpo de Isabel II fue trasladado desde su castillo escocés de Balmoral hasta Edimburgo, donde tuvo lugar una primera capilla ardiente, para luego ser expuesto al público durante cinco días en Westminster Hall, la sala más antigua del Parlamento británico. Durante este tiempo, cientos de miles de personas desfilaron para rendir homenaje a la monarca.
El funeral de Estado se llevó a cabo en la Abadía de Westminster, con la presencia de 2.000 invitados, incluyendo dignatarios y líderes extranjeros. Posteriormente, se celebró una ceremonia privada en el Castillo de Windsor, donde la reina fue sepultada junto a sus padres y su esposo, el príncipe Felipe, a unos 40 kilómetros al oeste de Londres.
A pesar de que Carlos III asumió el papel de rey inmediatamente después del fallecimiento de su madre, la coronación formal no tuvo lugar hasta el 6 de mayo. Aún no se han revelado las cifras correspondientes a esta reciente ceremonia de tres días, pero el grupo antimonárquico Republic estimó que el costo superó los 100 millones de libras esterlinas.
Esto ha generado críticas considerables, especialmente en un momento en que los contribuyentes británicos se enfrentan a una grave crisis de costos de vida debido a una inflación que no baja del 10 por ciento.
