Aunque los humanos han perfeccionado el consumo de alcohol como parte de su cultura, la ingesta de etanol también ocurre entre diversas especies en la naturaleza, según revelan recientes investigaciones. Un análisis exhaustivo de estudios publicados muestra que el alcohol aparece de forma natural en casi todos los ecosistemas del planeta. Esto implica que muchos animales que se alimentan de frutas y néctar azucarado también ingieren alcohol con regularidad, derivado de frutas fermentadas, savia y néctar.
La presencia de etanol en la Tierra comenzó a aumentar hace aproximadamente 100 millones de años, cuando las plantas con flores empezaron a producir frutas y néctar azucarado que las levaduras podían fermentar. Aunque en general el contenido de alcohol en estos alimentos es bajo, entre el 1% y el 2% de alcohol por volumen, algunos frutos muy maduros, como la fruta de palma, pueden alcanzar concentraciones de hasta el 10% de alcohol.
Ejemplos de este fenómeno abundan en el reino animal. En el sureste de Guinea, se ha captado en video a chimpancés salvajes bebiendo savia alcohólica de las palmas de rafia. En la isla Barro Colorado de Panamá, los monos araña son conocidos por consumir el fruto fermentado del jobo, que contiene entre 1% y 2.5% de alcohol. Estos hallazgos han llevado a los científicos a concluir que “los humanos no son los únicos que beben alcohol”.
Algunos animales, sin embargo, tienen una gran tolerancia al alcohol. Por ejemplo, los musarañones de cola de pluma, a pesar de consumir grandes cantidades de etanol, no muestran signos evidentes de embriaguez. Sin embargo, otros animales, como el ave conocida como ampelis americano, sufren los efectos del alcohol tras consumir bayas demasiado maduras, llegando incluso a estrellarse contra estructuras.
Algunas especies también han aprendido a beneficiarse del alcohol. Los machos de la mosca de la fruta, por ejemplo, recurren al alcohol cuando son rechazados como pareja, y las hembras tienden a volverse menos selectivas con sus compañeros después de beber. De manera sorprendente, un estudio reciente liderado por investigadores de la Universidad de Tel Aviv descubrió que el avispón oriental puede consumir cantidades de alcohol extremadamente altas, de hasta un 80% de concentración, sin sufrir efectos negativos.
Este comportamiento no se limita a la búsqueda de alimentos. De hecho, algunos animales parecen preferir alimentos con etanol. Aun así, según Matthew Carrigan, investigador de la Universidad de Florida Central, es necesario estudiar más a fondo si los animales prefieren realmente los alimentos con etanol o si solo los consumen cuando no tienen otra opción.
Este estudio contribuye a cambiar la perspectiva centrada en los humanos respecto al consumo de alcohol, resaltando que el etanol es más común en el mundo natural de lo que se pensaba.