Nuevo análisis científico ha cambiado la percepción sobre dos crías de cánido encontradas en el norte de Siberia. Durante años se pensó que eran perros primitivos que vivieron cerca de los humanos durante la Edad de Hielo. Sin embargo, un reciente estudio ha demostrado que, en realidad, eran lobas salvajes de apenas dos meses de edad.
Los restos, apodados como las “Cachorras Tumat”, permanecieron congelados en el permafrost siberiano durante más de 14.000 años, lo que permitió una preservación excepcional de su pelaje y tejidos blandos. Este estado permitió a los investigadores analizar el contenido de sus estómagos, donde se encontraron restos de carne de rinoceronte lanudo y plumas de un ave conocida como lavandera.
Inicialmente se creyó que estos animales convivían con humanos, ya que fueron hallados cerca de herramientas y restos de mamut que mostraban señales de procesamiento humano. Pero estudios genéticos recientes y análisis químicos de sus huesos, dientes y tejidos revelaron que no hay indicios de domesticación ni de contacto directo con personas.
Según el equipo científico, liderado por la investigadora Anne Kathrine Wiborg Runge, ambas cachorras murieron repentinamente cuando su madriguera subterránea colapsó, probablemente a causa de un deslizamiento de tierra. No presentaban señales de heridas ni ataque, lo que refuerza esta hipótesis.
“Poder reconstruir aspectos tan detallados de sus vidas, como su dieta y el entorno donde murieron, es extraordinario”, explicó Runge, quien realizó la investigación como parte de sus estudios de doctorado en las universidades de York y Copenhague. Aunque el hallazgo no confirma que fueran perros, sí ofrece una valiosa ventana al mundo natural de la Edad de Hielo.
Los resultados, publicados en la revista Quaternary Research, también reflejan la complejidad de determinar en qué momento exacto los perros comenzaron a formar parte de las sociedades humanas, un tema que continúa siendo objeto de intenso debate científico.