Un error cometido por agentes de inmigración de Estados Unidos terminó con la deportación indebida de Alejandro Juárez, un mexicano de 39 años que trabajó por más de una década en el club de golf Trump National, en el condado de Westchester, Nueva York.
Juárez, padre de cuatro hijos, debía ser trasladado a un centro de detención en Arizona para continuar su proceso migratorio. Sin embargo, agentes del Servicio de Inmigración y Control de Aduanas (ICE) lo enviaron por error a Texas, donde fue esposado y obligado a cruzar un puente hacia México sin haber comparecido ante un juez.
Las autoridades del Departamento de Seguridad Nacional (DHS) reconocieron posteriormente que Juárez fue “removido a México antes de tiempo” por haber sido colocado en el transporte equivocado, una falla que violó los procedimientos establecidos y podría constituir una violación de la ley.
El incidente dejó a su esposa, María Priego, y a sus cuatro hijos —todos ciudadanos estadounidenses— en Nueva York. Priego ahora trabaja doble turno para sostener a su familia mientras esperan una resolución legal que permita el regreso de Juárez a Estados Unidos.
El caso ha generado preocupación sobre las deficiencias del sistema migratorio estadounidense, especialmente ante la presión del gobierno para acelerar las deportaciones. Correos internos de ICE, citados por The New York Times, muestran a funcionarios intentando localizar a Juárez tras descubrir que había sido enviado al país equivocado.
Juárez fue detenido en septiembre después de cumplir con sus citas regulares en las oficinas de ICE en Manhattan. Su abogado, Aníbal Romero, calificó el caso como “sin precedentes” y denunció que se violaron los derechos fundamentales de su cliente al ser deportado sin audiencia previa.
Actualmente, el DHS trabaja en un proceso para facilitar el regreso de Juárez a territorio estadounidense y reanudar el procedimiento migratorio de manera legal.

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