El alto al fuego de 60 días entre Israel y Hezbollah entró en vigor este miércoles, luego que el Gabinete de Seguridad de la nación hebrea votara a favor de un cese de la guerra.
La noticia favorable para el Medio Oriente se dio a conocer la tarde del martes, cuando el presidente de Estados Unidos (EEUU), Joe Biden, anunció que ambas partes estaban dispuestas a respetar el acuerdo de paz que busca que las hostilidades desaparezcan por tiempo indefinido.
El acuerdo de paz entre Israel y Hezbollah tiene como objetivo principal aplicar una resolución de la Organización de las Naciones Unidas (ONU) adoptada hace 18 años, la cual busca que las rivalidades en la región sean disipadas permanentemente.
Este acuerdo de la ONU establece que Israel debe retirarse del sur del Líbano y que los únicos grupos armados al sur del río Litani debían ser el Ejército libanés y las fuerzas de la ONU.
Una vez que se confirmó el alto al fuego entre Israel y Hezbollah, partidarios del grupo libanés celebraron en Beirut, capital del Líbano, la noticia que da un respiro a la ciudadanía ante el lanzamiento de misiles.
Analistas aseguran que ninguna de las dos fuerzas militares en conflicto lograron ganar la guerra, y que un alto al fuego solo representa una reducción del sufrimiento de los libaneses que diariamente eran objeto de ataques.
Por su parte, la comunidad internacional ha aplaudido a los representantes de Israel y Hezbollah por instar 60 días de paz que se espera sean permanentes.
Se espera que el mismo convenio pueda ser implementado en la Franja de Gaza, destruida casi en su totalidad por la guerra que se extendió por más de un año.
El primer ministro de Israel, Benjamín Netanyahu, fue claro al indicar que la guerra no ha terminado y que el alto al fuego le permitirá a su ejército centrarse en Irán.