Cumpliendo a cabalidad la tradición taurina, Lorenzo el toro de 1,116 libras fue sacrificado por su dueño el mismo día que le dio una certera cornada al torero español Victor Barrio, de 29 años de edad.
La tradición taurina obliga a que el ganadero responsable del toro que ha acabado con la vida de un matador debe sacrificar al toro causante del hecho. El mismo día, en forma automática y tal como dice la tradición, Lorenzo fue sacrificado fuera de la plaza, ni siquiera fue toreado, si no que lo mataron fuera de la plaza.
Pero para que te asombres más, la tradición va mucho más allá ya que también establece que la madre del animal y toda su familia deber ser sacrificadas sin miramientos ni compasión. Al día siguiente, fue sacrificada Lorenza, la madre de Lorenzo, en la ganadería Baños, quien no tenía más hijos.
¿Qué culpa tienen las madres de los toros de los actos infligidos por su crías? Para los amantes de la tauromaquia, “toda”. La explicación para ellos es muy simple: cuando un toro mata a un torero el ganadero tiene que sacrificar a toda la casta o “riada” del animal, que incluye a la madre del toro y a toda su descendencia, porque mientras que las características físicas de un toro se heredan del padre, la personalidad se hereda directamente de la madre.
CASTIGARÁN CON CÁRCEL A LOS QUE SE BURLEN DE LA MUERTE DEL TORERO
La noticia llega un día después de que la Fundación del Toro de Lidia, organismo que promueve y defiende jurídica y legalmente la tauromaquia, emitiera un comunicado anunciando que emprenderá acciones legales contra aquellos que en las últimas horas se han burlado de la muerte del torero Víctor Barrio en las redes sociales.
La Fundación, a través de su equipo de abogados Cremades & Calvo Sotelo, se ha puesto a disposición de la familia del joven espada fallecido para tomar las medidas que estimen oportunas “puesto que no podemos permitir que estos hechos queden impunes”, recoge el comunicado.
De momento han recopilado más de 50 mensajes de antitaurinos en diferentes redes sociales en los que se alegran e, incluso, celebran la muerte del joven Barrio, de 29 años, vertiendo, además, insultos hacia él, hacia su viuda y miembros de su familia. No podemos permitir que estos hechos queden impunes.
Para la Fundación muchos de estos tuits y mensajes que circulan por las redes constituyen “verdaderos delitos por injurias, penados con hasta 14 meses de prisión, viéndose agravados por la publicidad que de los mismos se hace son su difusión en redes sociales, así como delitos de calumnias”, añade la nota.
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