El sueño de emprendimiento que se convirtió en un lugar acogedor y familiar

El sueño de emprendimiento que se convirtió en un lugar acogedor y familiar

“Lo nombramos Kolibrí, con K, porque queremos que sea algo único", dijo una de las propietarias.

  • notibomba | 09-01-2020.3:52 pm.

Una enorme sonrisa, acompañada de ímpetu; es el inicio de una aventura de emprendedurismo que logró pasar de un sueño a un lugar acogedor y familiar, nombrado por sus dueñas como Kolibrí.

El restaurante, especializado en comidas a la plancha o grill, está ubicado en Santa Lucía, a pocos metros del parque central de ese municipio.

Kolibrí, tiene corazón y amor, sus fundadoras mezclan la salud mental con los negocios; lo que hace del lugar un concepto y una experiencia diferente en uno de los lugares turísticos de Francisco Morazán.

El encanto del lugar no se limita a su comida, si no al trato especializado y específicamente a impulsar los juegos en familia mientras esperan degustar de los platillos.

“El sabor que te hace feliz” 

Clientes jugando bingo mientras esperan degustar de los ricos platillos.

“Nosotras estamos interesadas en el bienestar, la felicidad, la atención, la sonrisa y la gastronomía”, dijo a NOTIBOMBA la emprendedora y licenciada en Psicología, Danellia Martínez.

Recordó que la idea surgió junto a Carolina Cáceres, licenciada en Administración de Empresas, y copropietaria del lugar.

“Buscamos que las familias o parejas dejen por un momento el celular y compartan entre ellos; desconectándose del mundo exterior”, agregó al explicar cómo surgió su proyecto emprendedor.

Domino, bingo, sopa de letras y otros juegos tradicionales de mesa, son parte de la diversión o entretenimiento que sus clientes disfrutan, haciendo del momento algo único.

“Lo nombramos Kolibrí, con K, porque queremos que sea algo único y utilizamos el nombre de la ave, porque el colibrí es una especia libre que no puede estar retenida”, dijo Martínez, con una enorme sonrisa.

Y es ese concepto de libertad que buscan presentar a su clientela, dejando en ese pequeño rincón lo cotidiano de la vida para “vivir la experiencia Kolibrí”, como lo denominan las dos emprendedoras.