Científicos han explicado que este parásito causa lesiones que son indoloras, lo que dejaría una respuesta sobre el analgésico en la piel que sería usado para la creación de nuevos productos médicos. / Imagen cortesía. / Revista iScience.
Un parásito tropical deformante sería la clave para descubrir un secreto esencial para el desarrollo de nuevos analgésicos, destacaron científicos de la Universidad Estatal de Ohio, Estados Unidos (EEUU).
Los expertos han mencionado que por primera vez se han logrado comprender por qué no duelen las lesiones cutáneas deformantes causadas por la leishmaniasis cutánea. Esta comprensión traería nuevos datos para la creación de nuevos analgésicos no narcóticos.
La leishamaniasis, lesión de la piel causada por un protozoo parásito intracelular obligado que se transmite por las picaduras de insectos conocidos como moscas de arena, tendría el secreto esencial.
Científicos han explicado que este parásito causa lesiones que son indoloras, lo que dejaría una respuesta sobre el analgésico en la piel que sería usado para la creación de nuevos productos médicos.
“Nuestra hipótesis es que cualquier molécula que produzca la presencia del parásito podría ser un analgésico potencial para otros problemas de salud”, dijeron los científicos sobre el hallazgo.
Los estudios, que buscan el secreto esencial para el desarrollo de nuevos analgésicos, fueron realizados en ratones; revelando que numerosas moléculas que estaban relacionadas con el bloqueo de la percepción del dolor y vías metabólicas con propiedades de alivio del dolor ligadas al sistema endocannabinoide del cerebro.
En ese sentido, se indicó que el incremento de algunas de estas moléculas clave en un cultivo celular de macrófagos, que son las células inmunes infectadas por el parásito, pero descubrieron que ciertas vías de supresión del dolor no aumentaron en estas células lo que generó ciertas incógnitas.
Detalles, publicados en la revista iScience, enfatizan en que la infección hace algo en la célula que podría ser un efecto directo o indirecto. “Lo emocionante es que esta es la primera vez que logramos comprender la base celular de por qué no hay dolor en estas lesiones”.
