El líder del Gobierno de Andorra, Xavier Espot, se declaró públicamente homosexualidad en una entrevista radiofónica, afirmando: “Yo soy gay y nunca me he escondido”.
Las revelaciones del presidente andorrano tuvieron lugar durante una entrevista en la radio pública del país, un espacio en el que, hasta ahora, pocos líderes políticos se habían atrevido a abordar temas personales de esta naturaleza.
Durante la entrevista, Espot expresó que su silencio previo sobre su orientación sexual se debió principalmente a que nadie le había preguntado al respecto. Sin embargo, subrayó que no considera que su homosexualidad deba ser un obstáculo o una preocupación en su cargo público. Más bien, manifestó que ve esta revelación como una oportunidad para servir de modelo a jóvenes que enfrentan situaciones similares y que podrían sentirse atrapados en un entorno que aún lucha por aceptar la diversidad.
En cuanto a la discriminación por orientación sexual, el presidente compartió que personalmente nunca ha experimentado este tipo de adversidad en su vida. No obstante, reconoció el hecho de que otras personas sí han enfrentado situaciones difíciles debido a su identidad sexual.
En este contexto, recordó que la igualdad de género y la lucha contra la LGTBIfobia siguen siendo desafíos pendientes en la sociedad global y llamó a la necesidad de impulsar políticas públicas que combatan estas formas de discriminación.
El presidente también manifestó que Andorra no se considera un país particularmente conservador en lo que respecta a los derechos de la comunidad LGTBI+. En años recientes, el país ha implementado una serie de leyes destinadas a promover la igualdad.
Entre estas medidas se encuentra la legalización del matrimonio homosexual y la adopción por parte de parejas del mismo sexo. Sin embargo, la despenalización del aborto, es una iniciativa que podría enfrentar resistencia debido a diferencias ideológicas.
La legislación andorrana también prohíbe explícitamente la discriminación por motivos de orientación sexual en el ámbito laboral y el acceso a bienes y servicios, en línea con el Convenio Europeo de Derechos Humanos al que Andorra se adhirió.