El magnate tecnológico Elon Musk ha generado un fuerte impacto en la política estadounidense tras su llegada a Washington como funcionario especial del gobierno. Con acceso directo a datos clave y reuniones de alto nivel, incluida la presencia en encuentros del presidente Donald Trump con mandatarios extranjeros, Musk se ha convertido en una figura central y polémica en el actual panorama político.
Bajo el estandarte de la iniciativa DOGE, Musk ha liderado la reorganización de múltiples agencias federales, impulsando una agenda de recortes que, hasta ahora, ha generado un ahorro muy por debajo de lo prometido: apenas 160.000 millones de dólares frente a los 2 billones que aseguró inicialmente.
Mientras sus compañías privadas como SpaceX, Neuralink y XAI han recibido impulso financiero, Tesla su empresa que cotiza en bolsa— ha sufrido una fuerte caída del 33% en sus acciones y una baja en las ventas, afectando gravemente la fortuna personal de Musk, que ha perdido cerca de 113.000 millones de dólares en valor neto.
La gestión de Musk al frente de DOGE no ha sido bien recibida por la opinión pública, con un 57% de desaprobación según encuestas recientes. En tanto, su influencia dentro del gobierno ha generado tensiones internas, obligando a reuniones constantes con altos funcionarios de la Casa Blanca.
Elon Musk reduce su participación en DOGE para enfocarse en Tesla