El estado de salud del Papa Francisco se ha mantenido estable en los últimos días, según el último informe médico emitido por el Vaticano. Aunque los especialistas mantienen un "pronóstico reservado", han destacado que no se han presentado nuevas complicaciones respiratorias ni fiebre.
El Sumo Pontífice ha seguido con su tratamiento, que incluye fisioterapia respiratoria y motora, además de recibir oxigenoterapia con cánulas nasales durante el día y ventilación mecánica no invasiva por la noche. Pese a su condición, Francisco ha podido realizar algunas actividades laborales, combinando el trabajo con momentos de descanso y oración.
Ante la evolución favorable del cuadro clínico, el Vaticano ha decidido espaciar la publicación de partes médicos, a menos que surjan novedades significativas. Sin embargo, han aclarado que seguirán brindando información de manera regular para evitar la difusión de rumores sobre su estado de salud.
Por otro lado, se ha confirmado que el Papa se encuentra en condiciones de alimentarse con normalidad, descartando la necesidad de soporte nutricional asistido. Aunque ha recibido múltiples solicitudes para difundir imágenes o videos de su hospitalización, el Vaticano ha indicado que será el propio Francisco quien decidirá si lo considera necesario.
Mientras tanto, el Papa ha continuado con su labor eclesiástica y recientemente nombró como nuevo obispo de Albacete al sacerdote Ángel Román Idígoras, quien hasta ahora ejercía como vicario territorial en la diócesis de Alcalá de Henares.