La crisis migratoria que se vive en la frontera entre EEUU y México es un fenómeno que agudiza el odio, así lo confirma un agente de la Patrulla Fronteriza, quien ha sufrido el desprecio por su labor de resguardar la región.
Un reportaje del medio internacional The New York Times ha revelado el asedio que los patrulleros viven a diario por ejercer su labor.
Según el relato, los agentes fronterizos reciben toda clase de calificativos por las personas que los identifican. ‘Vendidos’, ‘asesinos de niños’ y otros insultos son dichos a diario por ciudadanos que no apoyan su labor.
Las palabras de odio a veces se convierten en acciones en su contra, como que personas escupan en la comida y otros signos de desprecio aún en restaurantes que han mostrado su apoyo a salvaguardar las fronteras.
‘Encarcelar a la gente por una actividad no violenta comenzó a carcomerme por dentro’, dijo al medio de comunicación un agente de Tucson.
Recordó que desde que la administración de Donald Trump cerró las puertas a los inmigrantes e intensificó las acciones en contra de ellos, su trabajo se convirtió en una cacería que va generando odio en la región.
De acuerdo con el relato, los agentes pasaron de luchar contra los traficantes de drogas y contrabandistas a detener a miles de familias migrantes que huían de la violencia.
No solo el testimonio del patrullero publicado por The New York Time revela la ‘frustración y el desprecio’ que viven los agentes migratorios. Entrevistas con al menos 20 exagentes en Texas confirman las declaraciones.
‘Haber pasado de que la gente no supiera mucho acerca de nosotros a que la gente realmente nos odie, es difícil’, dijo el patrullero con tono de nostalgia.
Desveló que muchos de los agentes ante el odio que genera su tarea desean irse de la institución ya que la moral ‘está por los suelos’.
Por su parte, el exagente Francisco Cantú indicó que las críticas son necesarias, aceptando que existe una cultura de crueldad o insensibilidad en los patrulleros.
Investigaciones destacan que la vida de un patrullero fronterizo mejora significativamente y a pesar del odio que genere puede ser un boleto a la clase media.
‘Un agente recién llegado con un diploma de bachillerato sin experiencia alguna puede esperar ganar 55.800 dólares al año, incluido el tiempo extra, y ese monto puede aumentar a 100.000 dólares en tan solo cuatro años’, cita el medio de comunicación.
Además, agrega que los ‘agentes han desarrollado una fuerte lealtad al presidente, a quien muchos de ellos ven como el primer jefe de Estado que se toma en serio la seguridad fronteriza’.
Desde septiembre de 2018 han muerto diez migrantes bajo custodia de la Patrulla Fronteriza y la institución de la que depende, la Oficina de Aduanas y Protección Fronteriza.