El Gobierno de Bélgica llevará adelante una reforma laboral que tiene como uno de sus puntos centrales la reducción a cuatro días de la semana de trabajo, aunque sin una disminución en la carga horaria ni el salario.
El objetivo de la reforma es "fortalecer a los trabajadores y las empresas", según indicó este martes el primer Ministro Alexander De Croo, en una rueda de prensa tras la presentación de las medidas, agregando que la misma pretende establecer una "economía más sostenible, innovadora y digital" logrando una mejor conciliación de la vida laboral y familiar, y que suba la tasa de empleo para personas que tienen entre 20 y 64 años.
Asimismo, además de la reducción a cuatro días laborales, el propio trabajador podrá solicitar trabajar menos horas durante una semana y compensarlo la siguiente, explicó el gobierno de Bélgica.
En ambos casos es el trabajador quien tiene la posibilidad de pedir estas modalidades horarias a su empleador. “El empleador deberá justificar la negativa”, señaló Pierre-Yves Dermagne, uno de los tres vice primeros ministros del Ejecutivo belga, si finalmente hay un acuerdo entre ambas partes, este tendrá una vigencia de seis meses.
Este plan del Gobierno también apunta a discutir las condiciones laborales de los trabajadores de las plataformas para determinar si hay o no una relación de dependencia con la empresa.
Trabajar menos para producir lo mismo. Es uno de los principios que rige el modelo laboral, al suponer una reducción de las horas trabajadas sin reducción de sueldo ni productividad de la empresa.
Los defensores de esta nueva jornada de trabajo argumentan que la reducción de tiempo trabajado hace que los empleados estén menos cansados, lo que beneficia a su rendimiento y hace que rindan más en menos tiempo.
La coalición de Gobierno de Bélgica también se ha comprometido a que la reforma laboral incluya un derecho a la desconexión digital de los trabajadores y fortalecer la capacitación laboral.