La Organización Mundial de la Salud (OMS) ha emitido una advertencia contundente sobre la conexión entre las olas de calor extremas y la propagación acelerada de superbacterias mortales.
El cambio climático y la resistencia a los antimicrobianos se elevan como dos de las mayores amenazas para la salud mundial, lo que la OMS denomina como “la pandemia silenciosa”.
Un ejemplo reciente de esta crisis se manifiesta en Río de Janeiro, Brasil, donde una ola de calor sin precedentes ha llevado las temperaturas a niveles récord. Este fenómeno climático extremo ha provocado situaciones críticas, especialmente entre las poblaciones más vulnerables de la ciudad.
El pasado sábado, la sensación térmica alcanzó los 59,7 grados centígrados, superando el récord anterior registrado el viernes en Guaratiba, que fue de 59,3 °C. Estas condiciones extremas obligaron a la suspensión del concierto de la reconocida cantante estadounidense Taylor Swift.
La resistencia a los antimicrobianos (RAM) se presenta cuando microorganismos como bacterias, virus, hongos y parásitos desarrollan la capacidad de persistir o incluso crecer a pesar de la presencia de medicamentos diseñados para combatirlos.
La ONU ha declarado que esta resistencia es una de las principales amenazas para la salud humana, estimando que 1,3 millones de personas mueren cada año debido a patógenos resistentes.
En un informe titulado "Preparándose para las superbacterias", la ONU destacó el papel del cambio climático y otros factores ambientales que contribuyen al aumento de la resistencia a los antimicrobianos.
Según el Programa de las Naciones Unidas para el Medio Ambiente, la resistencia a los antimicrobianos podría hacer que los medicamentos utilizados para prevenir y tratar infecciones se vuelvan ineficaces, dejando a la medicina moderna impotente ante incluso las infecciones más leves.
Los expertos señalan que la crisis climática agrava la resistencia a los antimicrobianos de diversas maneras. Las investigaciones revelan que el aumento de las temperaturas no solo impulsa el crecimiento bacteriano, sino que también acelera la propagación de genes resistentes a los antibióticos entre microorganismos.
Un informe exhaustivo de 114 investigadores internacionales, publicado recientemente en la revista The Lancet, concluye que "el cambio climático continúa teniendo efectos cada vez más devastadores sobre la salud y la mortalidad en todo el mundo".
Una de las conclusiones más alarmantes del informe es que las muertes relacionadas con el calor en personas mayores de 65 años han aumentado un 85% desde la década de 1990, evidenciando la vulnerabilidad de este grupo ante los riesgos para la salud, como los golpes de calor.