El gobierno de Biden ha ofrecido intercambiar a un traficante de armas ruso convicto que cumple una condena de 25 años de prisión en Estados Unidos, como un acuerdo de liberación de dos prisioneros estadounidenses retenidos por Rusia, Brittney Griner y Paul Whelan.
El convicto ruso, Viktor Bout, hallado culpable en 2012 por un juez federal de encabezar una operación internacional de trafico de armas para Al Qaeda y los talibanes, fue detenido por agentes de la DEA y su proceso de extradición demoró dos años y medio, debido a las irrupciones del gobierno ruso.
El secretario de Estado de Estados Unidos, Antony Blinken, quien dio a conocer la propuesta que tiene como objetivo recuperar a dos estadounidenses en manos de Moscú, señalo que para no poner en riesgo la operación, el funcionario de relaciones exteriores de EE.UU, comunicará la propuesta directamente a Sergei Lavrov, su homólogo ruso.
Los familiares de Whelan, retenido en Rusia por presunto espionaje desde 2018, y los de la jugadora de baloncesto Griner, encarcelada en Moscú por posesión de drogas, han instado a la Casa Blanca su liberación ya sea mediante un intercambio de prisioneros de ser necesario.
“Esperamos que el Gobierno ruso responda a la oferta hecha por la Administración estadounidense y acepte esta o alguna otra prerrogativa que permita a Paul volver a casa con su familia”, señaló el hermano de Paul Whelan.
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Griner, que se declaró culpable de haber llevado un cartucho de 0,70 gramos de aceite de cannabis, argumentó que era para uso medicinal, para reducir el dolor y tratar la inflamación que sufría en la espalda, las rodillas y los tobillos.
“Acabaron en mi maleta por accidente. Soy responsable, pero no era mi intención introducir el aceite o ninguna sustancia prohibida de contrabando”, dijo Griner a un tribunal ruso como parte de su juicio en curso por cargos de drogas, por los que podría enfrentar hasta 10 años de prisión.
El Departamento de Justicia de los Estados Unidos, se opuso de negociar un intercambio, alegando la preocupación de incentivar a los países a detener a estadounidenses para que puedan ser utilizados como moneda de intercambio.
Sin embargo, los defensores han cuestionado estas preocupaciones, argumentando que es mas importante que los estadounidenses puedan volver a casa.
Por lo que los funcionarios de justicia aceptaron finalmente al contar con el apoyo de altos funcionarios del Departamento de Estado y de la Casa Blanca, incluido el presidente Joe Biden.