El presidente Joe Biden declaró un operativo militar conjunto con cinco países aliados para atacar las posiciones de los hutíes en Yemen. La acción se llevó a cabo en respuesta a lo que se describe como "la amenaza a la libertad de navegación" por parte de los hutíes en una de las vías fluviales más cruciales del mundo.
Según un comunicado emitido por la Casa Blanca, las fuerzas militares de Estados Unidos, respaldadas por el Reino Unido y con el apoyo de Australia, Bahréin, Canadá y los Países Bajos, llevaron a cabo con éxito ataques contra objetivos utilizados por los hutíes para poner en peligro la libertad de navegación. Las explosiones se han registrado en varias ciudades de Yemen, incluyendo Saná, Al Hudayda y Taiz.
Durante semanas, la administración de Biden había evitado ataques directos en Yemen debido al temor de una escalada en la tensa región. Sin embargo, los continuos ataques hutíes contra el transporte marítimo internacional finalmente obligaron a la coalición a tomar medidas.
Aunque Estados Unidos ha llevado a cabo ataques en Iraq y Siria contra grupos respaldados por Irán, este es el primer ataque conocido contra los hutíes en Yemen. La decisión se produce en un momento de máxima tensión en Medio Oriente, con Estados Unidos buscando evitar que la guerra en Gaza se extienda a la región en general.
La Casa Blanca, si bien había mantenido una posición cautelosa con respecto a los hutíes para no alterar el frágil alto al fuego entre el grupo militante y Arabia Saudita, dejó claro que los ataques continuos a las rutas marítimas internacionales no serían tolerados. Dichos ataques obligaron a las principales compañías navieras a evitar la vía fluvial, alargando significativamente las rutas marítimas internacionales alrededor del continente africano.
En respuesta, el líder hutí, Abdul Malek Al-Houthi, advirtió en un discurso que cualquier ataque estadounidense "no quedará sin respuesta" y dejó entrever que la represalia será "mucho más" que ataques a barcos estadounidenses en el mar.