Dominique Pelicot, el hombre acusado de drogar a su esposa durante una década para que fuera abusada por decenas de desconocidos mientras él grababa los hechos, ofreció en su declaración final ante el Tribunal de lo Criminal de París, y visiblemente conmovido, ofreció disculpas a su exesposa, Gisèle Pelicot, y a su hija, Caroline Darian, por el dolor que les infligió, admitiendo que sus palabras "jamás serán suficientes".
“Lo que hice fue imperdonable. Moriré solo como un perro”, declaró Pelicot, de 71 años, admitiendo su adicción al sexo y calificando su conducta como “una basura”. A pesar de sus disculpas, negó haber drogado y fotografiado a su hija semidesnuda cuando tenía 20 años, un hecho que Caroline le recriminó con vehemencia en la sala. “¡No volveré a verte! Morirás solo como un perro”, le gritó su hija, a lo que él respondió: “Aunque ella ya no me quiera, sé lo que hice y lo que no hice. Si tomé esas fotos, no lo recuerdo”.
El juicio, que también involucra a 50 coacusados, se centra en el uso de la sumisión química como herramienta para perpetrar abusos sexuales, un delito que los abogados de la defensa de Gisèle han destacado como un tema central del caso. Erika Olavarría, corresponsal presente en la sala, informó que la fiscalía busca una condena de hasta 20 años de prisión para Pelicot, descrito como el principal responsable de lo que su hija llama “el peor caso sexual en Francia en los últimos 20 años”.
La sentencia definitiva se espera para finales de diciembre, en un juicio que ha conmocionado a la sociedad francesa por su gravedad y duración. Mientras tanto, Pelicot enfrenta su destino solo, con el rechazo de su familia y sin más apoyo que el de su abogada, Béatrice Zavarro.