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Las devastadoras lluvias que han azotado Kenia en los últimos días han provocado al menos 26 muertes por deslizamientos de tierra, generando alarma en la población.
Según reportan autoridades locales y medios internacionales, los rescates se han visto obstaculizados por la magnitud de las riadas y la continua inestabilidad del terreno.
El saldo trágico de estas inundaciones refuerza las preocupaciones sobre la vulnerabilidad de la región ante fenómenos extremos.
Con la intensificación de las lluvias torrenciales, comunidades enteras han quedado incomunicadas y las tareas de rescate se han paralizado en varias zonas por motivos de seguridad.
Las autoridades han advertido sobre el riesgo de nuevos deslizamientos, pidiendo precaución a los habitantes de áreas de alto peligro.
Autoridades alertan sobre más riesgos ante las persistentes
lluvias Las operaciones de rescate en Kenia se han vuelto extremadamente riesgosas debido a las incesantes lluvias que siguen saturando el suelo.
Equipos de emergencia se deben desplazar con dificultad en caminos bloqueados por el lodo y los escombros, complicando la localización de posibles sobrevivientes.
Además del dolor por la pérdida de vidas, crece el temor ante la posibilidad de nuevas tragedias mientras continúe el mal clima.
Expertos subrayan que el cambio climático ha incrementado la frecuencia e intensidad de estos episodios, lo que representa un desafío urgente para las autoridades y la sociedad.
