Imagen cortesía, facilitada por el profesor de Harvard. / Fotografía ilustrativa.
El profesor de Harvard, Avi Loed ha revelado el hallazgo en el océano de lo que podrían ser los restos de una nave extraterrestres luego de una exhaustiva expedición.
Loed ha brindado detalles en su libro “Diario interestelar”, en el cual señala que existe la posibilidad de hasta un 99% de que los restos encontrados sean de una nave que no proviene de la tierra.
El profesor recalca que después de obtener las coordenadas que habría tomado el IM1 se realizó una expedición para encontrar los restos de los que sería una nave extraterrestre.
Sobre el origen del artefacto interestelar se explicó que data del 2014, cuando una bola de fuego fue detectada por el gobierno estadounidense el 8 de enero.
“Los datos indicaron que este meteoro iba a una velocidad superior a la necesaria para escapar del sistema solar… Una carta oficial de la NASA, con fecha 1 de marzo de 2022, reconoce su origen interestelar con más del 99% de certidumbre”, señala el astrofísico.
Según el profesor de Harvard, los restos de lo que sería una nave extraterrestre fueron localizados el 19 de junio, justo en el lugar donde la NASA detectó que se habría estrellado la bola de fuego.
El físico señaló que el material del artefacto es acero S5 con titanio, conocido como acero resistente a los golpes. “El límite elástico del acero S5, 1,7 GPa, está muy por encima del de los meteoritos de hierro”.
Loed, asegura en sus escritos, que aún continúa la investigación para determinar si se trata de una nave extraterrestre o no.
“La forma de los fragmentos recuperados es casi plana, como si fueran capas superficiales desprendidas de un objeto tecnológico que experimentó una tensión material extrema”, destacó en su blog.
Agregó que los meteoritos de hierro suelen romperse en pequeños pedazos que son derretidos por la bola de fuego en esférulas que llueven y se recuperan en campos esparcidos como fragmentos casi esféricos.
Al respecto, señaló que es posible que la bola de fuego sea el resultado de la ruptura de las capas superficiales y que el núcleo del objeto haya sobrevivido.
