Una mujer en Knutsford, Inglaterra, vivió una experiencia curiosa cuando creyó haber encontrado un erizo herido en la calle.
Pasó toda la noche cuidándolo en su casa, pero al llevarlo al veterinario, descubrió que en realidad era el pompón de un gorro.
La mujer, cuya identidad no se reveló, colocó al supuesto erizo en una caja con comida y papel de diario, velando por él toda la noche junto a su cama.
Janet explicó que al abrir la caja, se dio cuenta de que no era un erizo, sino un simple pompón. Aunque al principio se preocupó, después encontró la situación graciosa y elogió el gesto de la mujer, destacando que tenía un corazón generoso.