La ayuda llegó a una zona montañosa próxima al epicentro del terremoto de Nepal por primera vez el miércoles, cuatro días después del temblor y mientras la cifra de fallecidos superaba las 5.000 personas.
Pero tomará tiempo que la comida y otros artículos de primera necesidad lleguen a los sobrevivientes en comunidades remotas que están aisladas por deslaves, advirtió Geoff Pinnock, responsable de emergencias del Programa Mundial de Alimentos.
"Eso no pasa de la noche a la mañana", explicó Pinnock desde la aldea de Majuwa, a unos 20 kilómetros (16 millas) de Gorkha, la zona desde donde se coordinan las labores de rescate para las áreas más afectadas por el sismo de magnitud 7,8 del sábado.
Cerca, cinco camiones cargados con arroz, aceite de cocina y azúcar estaban aparcados en un campo lleno de bananos y acacias, esperando a helicópteros que puedan llevar las mercancías a los puntos más remotos sacudidos por el temblor.
La agencia de alimentos de Naciones Unidas espera poder entregar pronto cargamentos de galletas energéticas en zonas sin suficiente agua para cocinar, apuntó Pinnock. Los primeros envíos con ayuda llegaron al distrito de Dhading, justo al este de Gorkha, agregó.
La policía nepalí dijo el miércoles que el número de muertos por el terremoto alcanzó las 4.989 personas. Otras 18 personas fallecieron a los pies del monte Everest en una avalancha, 61 más en India y la agencia de noticias oficial de China, Xinhua, reportó 25 decesos en Tíbet.
Más de 10.000 personas resultaron heridas en la tragedia, apuntó la policía, y varios miles más perdieron sus hogares. La ONU señaló que el desastre afectó a 8.1 millones de personas (más de un cuarto de la población del país, 27.8 millones) y 1.4 millones necesitarán ayuda en forma de alimentos.
"En circunstancias normales, el gobierno habría tenido la capacidad para responder a tal vez 10, 20 o 30.000 personas necesitadas. Pero si tiene que ocuparse de 8 millones como sucede aquí, se necesita algo de tiempo para equilibrarlo todo", dijo.
Los aviones cargados de alimentos y otro material han llegado de forma constante al pequeño aeropuerto de Katmandú, pero el proceso de distribución de ayuda seguía siendo bastante caótico y las autoridades nepalíes tenían problemas para dirigir el flujo de material.
Unas 200 personas cortaron el tráfico en la capital el miércoles para protestar por el lento ritmo de entrega de la ayuda. Los manifestantes se plantaron ante la policía y hubo algunas escaramuzas menores, pero no hubo detenidos.
Por otro lado, la policía detuvo a docenas de personas acusadas de saquear viviendas abandonadas, así como de sembrar el pánico difundiendo rumores sobre otro gran sismo. Veintisiete personas fueron detenidas por robar, indicó el oficial de policía Bigyan Raj Sharma.
Pero en un indicio de que la vida comenzaba a volver a la normalidad, los bancos en Katmandú abrieron durante unas pocas horas el miércoles y llenaron sus cajeros automáticos, dando acceso a efectivo a la población.