Crematorios en Teuchitlán: "No solo calcinaban a las víctimas", el terror es inimaginable

Crematorios en Teuchitlán: "No solo calcinaban a las víctimas", el terror es inimaginable

Testimonios de una sobreviviente confirman el terror que decenas de personas vivieron en la finca, incautada por las autoridades en septiembre, y ocultando el horror que había detrás de sus puertas.

Teuchitlán
  • Jacqueline Alvarenga | 14-03-2025.2:26 pm.

Testimonios, revelando el dantesco horror que se vivió en Teuchitlán, han salido a la luz luego que imágenes del lugar se viralizaran e hicieron que el caso trascendiera a nivel internacional.

De acuerdo con el relato de una sobreviviente, las víctimas no solo eran calcinadas, sino también eran molidas en enormes máquinas.

"A diario llevaban como dos o tres personas que decían que eran carne para los leones", dijo la persona que pidió ocultar su identidad por razones de seguridad.

Explicó que los criminales llamaban leones a los crematorios, donde trataban de eliminar los restos mortales de las personas que morían durante los adiestramientos en la finca, ubicada en Teuchitlán, unos 40 minutos de la capital de Jalisco.

"No solo calcinaban a las víctimas, diseñaban métodos para desmembrar los cuerpos. Hubo un tiempo en que tenían que moler los cuerpos", se indicó.

El mecanismo para moler los cuerpos era una enorme licuadora que se usan en los barcos en alta mar, revelando el horror que cientos de personas vivieron en la finca, inspeccionada en septiembre del 2024 por las autoridades de Jalisco.

Según los relatos, el lugar era utilizado como centro de adiestramiento para los sicarios del cártel Jalisco Nueva Generación y lo llamaban como la "Escuelita del terror".

En ese sentido, los sobrevivientes aseguran que algunas de las personas sabían para qué serían entrenados, mientras que otros eran reclutados con falsas promesas laborales.

"Muchos iban por su propia voluntad, pero no sabían lo que les esperaba y otros iban engañados", contó una de las sobrevivientes, quien detalló que algunos pensaban que iban a cortar tomates o como guardias de seguridad.

El adiestramiento en la finca de Teuchitlán era por etapas, donde tenían que demostrar su fuerza, capacidad y concentración para pasar una segunda etapa, que en su mayoría eran exmilitares.

"El rancho Izaguierre era la fase inicial del adiestramiento, la gente recibía pagos que ellos mismos les quitaban por gastos de comida", se destacó sobre el rancho que fue descubierto por un grupo de madres de hijos desaparecidos.

Las muertes se derivaban de los fuertes entrenamientos o eliminaban a los que se quejaban del adiestramiento, eliminando a todo aquel quería oponerse a los cárteles que los habían reclutado para sus fines.