Un nuevo estudio sugiere que las personas que consumen café y té podrían tener un riesgo ligeramente menor de desarrollar ciertos tipos de cáncer de cabeza y cuello. Sin embargo, los investigadores advierten que estos hallazgos no prueban que las bebidas en sí mismas sean responsables de la protección, sino que aportan datos importantes a un área que ha generado debates y resultados inconsistentes.
Los resultados indican que beber más de cuatro tazas de café con cafeína al día está asociado con una reducción del 17% en las probabilidades de desarrollar cánceres de cabeza y cuello, en comparación con aquellos que no consumen café. En particular, este hábito parece reducir el riesgo de cáncer en la cavidad oral y en la orofaringe, la parte de la garganta situada detrás de la boca. Por otro lado, el consumo de café descafeinado mostró una asociación únicamente con una menor probabilidad de cáncer en la cavidad oral.
El panorama es menos claro en lo que respecta al té. Los investigadores encontraron que tomar una taza o menos de té al día podría reducir las probabilidades de cáncer de cabeza y cuello en un 9%, especialmente en la parte inferior de la garganta. Sin embargo, el consumo de más de una taza diaria se relacionó con un 38% más de probabilidad de cáncer de laringe, un efecto que los expertos atribuyen a que beber grandes cantidades de té podría aumentar el riesgo de enfermedad por reflujo gastroesofágico, condición vinculada con un mayor riesgo de este tipo de cáncer.
Aunque los hallazgos son prometedores, los expertos enfatizan la necesidad de realizar más investigaciones para entender mejor los posibles efectos del café y el té en la prevención del cáncer, así como los factores que podrían influir en estos riesgos.