El nuevo informe del Grupo Intergubernamental de Expertos para el Cambio Climático (IPCC, por sus siglas en inglés) advirtió que, si se mantiene el actual ritmo de emisiones de gases de efecto invernadero, la temperatura global aumentará 2,7 grados a finales de siglo con respecto a la media de la era preindustrial.
Según el Secretario General de la ONU, António Guterres, el informe del IPCC es un “código rojo para la humanidad” y subraya la necesidad de tomar medidas inmediatas y más ambiciosas para frenar el calentamiento global.
“La viabilidad de nuestras sociedades depende de que los líderes de gobiernos, negocios y la sociedad civil se unan en apoyo de políticas, acciones e inversiones que limiten la subida de las temperaturas a 1,5 grados centígrados”, expuso Guterres mediante un comunicado.
El documento presentado por el IPCC, que desde 1988 analiza para Naciones Unidas los efectos del cambio climático en el planeta, advierte que muchos efectos del calentamiento global, especialmente en océanos y zonas polares, “son irreversibles para los próximos siglos o milenios”.
Asimismo, el informe indicó que el nivel del mar seguirá aumentando irremediablemente, entre 28 y 55 centímetros a finales de siglo con respecto a los niveles actuales incluso si se llega a niveles de cero emisiones netas.
También se estima que, si se mantiene el actual ritmo de emisiones de gases de efecto invernadero, la temperatura global aumentará 2,7 grados a finales de siglo con respecto a la media de la era preindustrial (1850-1900).
Por lo que este aumento conllevaría mayores eventos climáticos extremos tales como sequías, inundaciones y olas de calor, estaría lejos del objetivo de menos de 2 grados fijado por el Acuerdo de París, que incluso pedía limitar esa subida a 1,5 grados centígrados.
“El nuevo informe del IPCC no contiene ninguna sorpresa real. Confirma lo que ya sabemos por miles de estudios e informes previos, que estamos en una emergencia. Es un sumario sólido pero prudente de los mejores datos científicos disponibles”, señaló a través de su cuenta de Twitter la activista medioambiental sueca Greta Thunberg.