El segundo y más destacado juicio contra las nueve personas implicadas en un complot golpista de extrema derecha en Alemania, que incluye al presunto cabecilla, el príncipe Enrique XIII de Reuß comenzó el martes.
El proceso, sin precedentes en la historia reciente de Alemania, es el segundo relacionado con este caso, revelado en 2022, y que involucra a un total de 26 sospechosos.
Una portavoz del Tribunal Regional Superior de Frankfurt explicó que el retraso se debió a que los abogados necesitaban hablar con sus clientes. Los presuntos líderes del grupo Reichsbürger ('Ciudadanos del Reich'), que cuenta con más de veinte mil integrantes, son el aristócrata y empresario de 72 años Enrique XIII, conocido como príncipe Reuß y descendiente de una estirpe del Estado de Turingia, y Rüdiger von Pescatore, quien supuestamente dirigía el brazo militar del grupo. Ambos están siendo juzgados junto con otras siete personas.
El grupo planeaba asaltar el Bundestag en Berlín, capturar a los diputados y derrocar al gobierno. La mayoría de los acusados enfrentan cargos por "participación en un grupo terrorista" y "preparación de un acto de alta traición".
Entre los acusados hay exmilitares y un exparlamentario de Alternativa para Alemania (AfD). Este juicio es el segundo de tres relacionados con el presunto intento de golpe, después de que el primero comenzara el 29 de abril en Stuttgart.
La ministra del Interior, Nancy Faeser, dijo: "Es positivo que los cabecillas del mayor grupo terrorista de 'Reichsbürger' hasta la fecha tengan que comparecer ante un tribunal. Los procesos penales en tres audiencias simultáneas representan una nueva dimensión".
Faeser destacó: "Nuestros organismos de seguridad desmantelaron esta red terrorista que planeaba un derrocamiento violento. No son locos inofensivos, sino peligrosos sospechosos de terrorismo". Además, reafirmó el compromiso del gobierno: "Nuestras fuerzas de seguridad mantendrán su postura firme hasta desmantelar completamente las estructuras militantes del 'Reichsbürger'. Nadie en este entorno extremista debería sentirse seguro".