El presidente chino, Xi Jinping, anunció un compromiso de más de 50.000 millones de dólares para financiar proyectos de infraestructura y desarrollo en África, durante una cumbre destinada a fortalecer las relaciones entre Pekín y el continente africano. En su discurso en el Gran Salón del Pueblo en Beijing, Xi reafirmó la disposición de China para profundizar la cooperación en áreas clave como la industria, la agricultura, las infraestructuras, el comercio y la inversión.
El paquete de financiamiento incluye 210.000 millones de yuanes en créditos y 80.000 millones en diversos tipos de asistencia, junto con un impulso a la inversión de empresas chinas en África, que se espera alcance al menos 70.000 millones de yuanes. Además, Xi prometió la creación de un millón de empleos en el continente en los próximos años.
Más de 50 líderes africanos y el secretario general de la ONU, Antonio Guterres, participaron en el foro China-África. Durante su intervención, Guterres destacó el "impresionante historial de desarrollo" de China y cómo su experiencia puede contribuir al progreso de África, especialmente en la transición hacia energías renovables. Además, hizo un llamado para que África obtenga un asiento permanente en el Consejo de Seguridad de la ONU, calificando de "indignante" su ausencia en este órgano clave.
Xi también anunció la entrega de 1.000 millones de yuanes en ayuda alimentaria de emergencia y la ejecución de 500 proyectos de bienestar en África. Además, subrayó la importancia de fomentar la inversión y el emprendimiento mutuo entre empresas chinas y africanas.
Las reuniones bilaterales celebradas al margen de la cumbre resultaron en acuerdos sobre proyectos que van desde ferrocarriles hasta la producción de aguacates. China, la segunda mayor economía del mundo, es el principal socio comercial de África y ha aprovechado los abundantes recursos naturales del continente, como cobre, oro, litio y tierras raras. Sin embargo, el creciente endeudamiento generado por los préstamos chinos ha suscitado controversia.
A pesar de la generosidad de Pekín, algunos analistas advierten que la situación económica interna de China podría limitar su apoyo financiero a África en el futuro. Además, la creciente tensión con Estados Unidos podría influir en la política exterior china, especialmente en su interés por mantener el respaldo de los países africanos en el escenario geopolítico global.