El ejército chino ha vuelto a poner en marcha una serie de maniobras militares en el estrecho de Taiwán en respuesta a la visita que realizó la presidenta de la Isla, Tsai In-Wen, a Estados Unidos el pasado miércoles, donde se reunió con el presidente de la cámara de representantes, Kevin McCarthy.
Tensión en Taiwán tras la visita de su presidenta a Estados Unidos
Las maniobras se llevaron a cabo en medio de una creciente tensión entre China y Estados Unidos, y han despertado la preocupación de la comunidad internacional.
China busca proyectar su poder militar en la región. Los ejercicios involucraron a un gran número de barcos, aviones y tropas, y se centraron en la preparación para la guerra en lo que puede considerarse como un bloqueo militar alrededor de la isla.
Con esto, la tensión entre China y Estados Unidos se ha incrementado aún más, como ha venido ocurriendo en los últimos años, y es que la cuestión de Taiwán ha sido una de las principales fuentes de discordia entre ambos países.
China considera a Taiwán como una provincia rebelde y ha amenazado con utilizar la fuerza para reunificar la isla con el continente.
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Estados Unidos, por su parte, ha reafirmado su compromiso con Taiwán y ha intensificado su presencia militar en la región, asegurando que tienen las capacidades para cumplir con sus compromisos de seguridad en Asia.
Washington sigue expresando su preocupación por las maniobras militares del ejército chino y ha pedido “contención” a Pekín, mientras mantiene lo que muchos analistas consideran como ambigüedad estratégica, en la que niega el apoyo a la independencia de Taiwán, pero al mismo tiempo sigue vendiendo armas a ese gobierno e insiste que cualquier acción de China contra la isla desembocaría en una crisis mundial.
El gobierno de China, por su parte, ha sido claro al definir sus acciones como una “seria advertencia” contra las provocaciones de las fuerzas separatistas y afirmó que sus maniobras son necesarias para mantener la integridad territorial y proteger su soberanía.