Un grupo de ciudadanos chilenos han exigido a un museo de Reino Unido la devolución de las estatuas moái que fueron sustraídas de la Isla de Pascua en 1868.
El grupo de ciudadanos, entre ellos arqueólogos, señalaron que Reino Unido se está lucrando con la historia de Chile.
La campaña para que el museo británico regrese las estatuas moái ha tenido tanto éxito que las autoridades tuvieron que desactivar los comentarios de las publicaciones.
El movimiento comenzó luego que un influencer invitara a los seguidores a hacer spam en todas las publicaciones que hacía el museo en las redes sociales.
Los creadores de la campaña argumentan que dos fueron sacadas de este territorio chileno en 1868, algo que han considerado un abuso y un latrocinio.
Por su parte, el museo indicó que las estatuas moái fueron «obsequiados» a la reina Victoria en 1869 por el capitán del HMS Topaze, el comodoro Richard Powell.
La reina decidió donar las reliquias chilenas al Museo Británico y desde entonces han estado bajo su poder.
No es la primera vez, que el Museo Británico se ve envuelto en polémica por tener objetos de otros países; siendo acusado de apropiación del patrimonio.
La iniciativa para recuperar las estatuas moái es apoyada por el presidente de Chile, Gabriel Boric, quien se unió a la lucha por recuperar sus objetos.
El Museo ha dicho que está dispuesto a dialogar sobre el tema, pero con respeto y sin que esto genere un riesgo para los jóvenes que hacen los reclamos.
La isla de donde fueron extraídas las reliquias está ubicada a unos 3.700 kilómetros de la costa del Pacífico en Chile y es conocida por sus estatuas ‘moái’ que datan de entre los años 1.400 y 1.640 DC.
El alcalde de Rapa Nui, Pedro Edmunds Paoa, aclaró que la campaña no fue ideada por el municipio ni los habitantes de Isla de Pascua, sino que surgió a propósito de un video publicado por un youtuber que exigía el retorno de las estructuras.
"Podría ser beneficioso para el Museo si el moái pudiese viajar a otras partes de Europa con el acompañamiento nuestro, lo que le da un plus. Todo eso podría ser positivo para ambas partes y esas ganancias (monetarias) se pueden traducir permanente en ingresos para la conservación de lo que tenemos aquí, previniendo la degradación de los moáis".