La reciente decisión del presidente estadounidense, Donald Trump, de imponer un arancel del 25 % a productos canadienses ya muestra sus primeras repercusiones en el mercado canadiense. Varias provincias del país han anunciado la retirada de vinos, cervezas y licores estadounidenses de las tiendas locales.
En Ontario, la provincia más poblada e industrial de Canadá, la empresa estatal LCBO, que anteriormente monopolizaba la venta de bebidas alcohólicas, dejará de ofrecer productos "Made in USA" a partir de este martes. Esta decisión es significativa dado que LCBO adquiere anualmente bebidas estadounidenses por un valor cercano a 1.000 millones de dólares canadienses (aproximadamente 680 millones de dólares estadounidenses).
Columbia Británica ha implementado una medida similar, aunque con un enfoque más específico, restringiendo la venta de bebidas provenientes de los llamados estados "rojos" de Estados Unidos, aquellos bajo control del Partido Republicano.
Estas acciones provinciales son independientes de las tarifas del 25 % que el gobierno federal canadiense comenzará a aplicar a diversas importaciones estadounidenses a partir del martes. Las medidas reflejan el creciente impacto de la disputa comercial entre ambos países y su posible repercusión en consumidores y productores.