Una bacteria come carne, se está expandiendo en aguas estadounidenses como consecuencia del calentamiento global, advierten los expertos.
La bacteria, que mata al 20% de quienes infecta al provocar fascitis necrosante en la que muere el tejido de la piel, crece en aguas costeras cálidas y poco profundas, y puede infectar un corte o una picadura de insecto al entrar en contacto con el agua de mar.
De esta manera, a medida que la temperatura de las aguas aumenta, la bacteria “Vibrio Vulnificus”, se desplaza cada vez más hacia el norte de Estados Unidos.
La investigación precedida por científicos de la Universidad de East Anglia (UEA), en Reino Unido, publicada en la revista Scientific Reports, pronosticó que los casos de infecciones por la bacteria, podrían aumentar en las próximas décadas a causa del cambio climático, que incluye el aumento de las temperaturas promedio.
Por lo que, el equipo de investigadores predice que entre los años 2041 al 2061, la bacteria se podría extenderse hasta Nueva York, lo que duplicaría el número anual de infecciones.
La autora principal del estudio, Elizabeth Archer, advierte que “las emisiones de gases de efecto invernadero de la actividad humana están cambiando nuestro clima y los impactos pueden ser especialmente agudos en las costas del mundo, que proporcionan un límite importante entre los ecosistemas naturales y las poblaciones humanas y son una fuente importante de enfermedades humanas”.
Sin embargo, aclaró que, si la emisión de gases se mantiene baja, los contagios se extenderán solo hasta Connecticut, pero que si son elevadas ocurrirán en todos los estados de la Costa Este.
Asimismo, James Oliver, quien también participó en la investigación, apuntó que “este importante estudio no solo relaciona el cambio climático global con las enfermedades, sino que proporciona una fuerte evidencia de la propagación ambiental de este patógeno bacteriano extremadamente mortal”.
Algunas de las afectaciones relacionadas con este patógeno son: Fiebre, enrojecimiento, dolor, hinchazón, sensación de calor, decoloración y secreción en la herida.
Según destacan los científicos, los síntomas se presentan a las 24 horas después de que la bacteria haya ingresado a la herida o haya sido consumida.