La esperada Met Gala volvió a iluminar el Museo Metropolitano de Arte de Nueva York con una alfombra roja repleta de celebridades, moda de alto nivel y momentos virales. La Met Gala, el evento benéfico más destacado de la moda, volvió a estar liderado por Anna Wintour, directora de Vogue desde 1995. Sin embargo, este año no solo los atuendos de las estrellas como Zendaya, Rosalía o Bad Bunny llamaron la atención, sino también un detalle inesperado en el propio look de Wintour.
Con el tema "Superfine: Tailoring Black Style", la gala celebró la elegancia del dandi negro y la influencia de la moda en la cultura afrodescendiente. Wintour, como de costumbre, apareció puntual con su clásico corte bob y un vestido lencero de flores en relieve firmado por Louis Vuitton, complementado con un abrigo celeste de verano. Pero lo que debía ser una entrada impecable se convirtió en un inesperado centro de debate en redes sociales.
En redes como X, Instagram y TikTok, usuarios notaron una pequeña mancha rosa en el vestido de Wintour, generando revuelo por venir de una figura reconocida por su perfeccionismo y control en la gala.
La situación ha sido calificada como irónica, dado que Wintour es conocida por aprobar personalmente los atuendos de los asistentes y vigilar cada aspecto del evento con exigencia casi milimétrica. Que algo escapara a su radar fue motivo suficiente para que el público no lo dejara pasar.
A pesar del revuelo, Wintour se mostró sonriendo y saludando a los asistentes con su habitual seguridad. Hasta ahora, no ha emitido declaraciones sobre el incidente, cuyo origen aún se desconoce se especula que pudo ser una transferencia de maquillaje o un roce accidental durante la preparación.
Con o sin mancha, Anna Wintour volvió a demostrar que su presencia sigue siendo uno de los momentos más comentados de la Met Gala.