Las preocupaciones sobre los niveles de radiación de los iPhone 12 de Apple han desencadenado una serie de investigaciones en toda Europa, con Alemania uniéndose al escrutinio después de que el regulador francés emitiera una orden para detener la venta de estos dispositivos.
Este jueves, la Agencia Federal de Redes de Alemania, conocida como Bundesnetzagentur o BNetzA, anunció su disposición a examinar a fondo los iPhone 12 si la investigación en curso en Francia avanza de manera significativa.
El organismo regulador francés tomó una medida drástica esta semana, al solicitar a Apple que cesara la venta de los iPhone 12, argumentando que estos dispositivos emiten niveles de radiación electromagnética por encima de los límites establecidos por la Unión Europea en sus normativas de exposición. La decisión se basó en la falla del iPhone 12 en una de las dos pruebas de ondas electromagnéticas.
Apple, por su parte, ha defendido firmemente la conformidad de sus teléfonos con las regulaciones pertinentes, alegando que cumplen con los estándares de seguridad establecidos.
No obstante, la preocupación no se limita a Francia y Alemania. Bélgica anunció que también revisará los riesgos potenciales para la salud relacionados con el iPhone 12 de Apple. Mientras tanto, Italia y Países Bajos han optado por mantener un seguimiento de la situación, aunque aún no han determinado medidas específicas.
La Agencia Nacional de Frecuencias de Francia instó a Apple a tomar medidas inmediatas para abordar cualquier mal funcionamiento de los teléfonos que ya están en uso. Además, señaló que supervisaría de cerca las actualizaciones de software de estos dispositivos. En caso de que las soluciones propuestas no sean efectivas, la agencia francesa advirtió que Apple tendría que retirar los teléfonos iPhone 12 vendidos hasta la fecha.
El regulador francés realizó pruebas exhaustivas en 141 teléfonos móviles, revelando que el iPhone 12 supera la normativa de la Unión Europea al registrar una tasa de absorción de energía electromagnética de 5,74 vatios por kilogramo cuando se sostiene en la mano o se lleva en el bolsillo, en comparación con el límite europeo de 4 vatios por kilogramo.
A lo largo de las últimas dos décadas, se han llevado a cabo numerosos estudios para evaluar los posibles riesgos para la salud asociados con los teléfonos móviles.
Según la Organización Mundial de la Salud (OMS), hasta la fecha no se han observado efectos adversos para la salud relacionados con el uso de estos dispositivos. Sin embargo, las investigaciones y los escrutinios regulatorios continúan en busca de garantizar la seguridad de los consumidores.