Más de 40 países han exigido una investigación internacional independiente sobre la muerte del líder opositor ruso Alexei Navalny, responsabilizando al presidente Vladimir Putin.
La peticion fue expresada en el Consejo de Derechos Humanos de la ONU por miembros de la Unión Europea, Estados Unidos, Gran Bretaña, Ucrania, Australia, Canadá, Nueva Zelanda y Noruega, entre otros.
La muerte de Navalny, ocurrida en una colonia penitenciaria en el Ártico, ha generado indignación global y evocado a una investigación transparente sobre las circunstancias de su fallecimiento.
La embajadora de la UE, Lotte Knudsen, en representación de los 43 países, señaló que la muerte de Navalny es "una señal más de la represión acelerada y sistemática en Rusia" y exigió que se permita una investigación internacional independiente y transparente.
Además, los países pidieron la liberación inmediata e incondicional de todos los presos políticos, defensores de los derechos humanos, periodistas y activistas detenidos por ejercer pacíficamente sus derechos.
La muerte de Navalny se produce en un momento de intensificación de la represión por parte de las autoridades rusas, especialmente en el contexto de las elecciones presidenciales en las que Putin busca un nuevo mandato de seis años sin competencia real.
Esta situación ha suscitado serias preocupaciones en el ámbito internacional y ha llevado a un llamado urgente a poner fin a la represión de las voces disidentes en Rusia.
El jefe de derechos humanos de la ONU, Volker Turk, también expresó su preocupación por la muerte de Navalny y destacó el aumento de la represión en Rusia en los meses previos a las elecciones.
En este sentido, pidió una revisión de todos los casos de represión y el fin inmediato de la persecución de las voces independientes.
En respuesta, el representante de Rusia en la cámara desestimó las preocupaciones, calificando los informes de la Oficina de Derechos Humanos de la ONU como "antirrusos" y acusando a Occidente de difundir mentiras sobre Rusia. Sin embargo, se hizo un llamado a la objetividad en la evaluación de la situación y a evitar la pérdida de confianza en las instituciones internacionales.